The Bow

Calgary, Canadá

Esta pionera torre de oficinas adquiere su nombre tanto por su forma inusual como por el cercano río Bow. Sede central de dos de las compañías energéticas más importantes, este edificio de 58 plantas era la primera fase de un ambicioso plan para revitalizar la parte este del centro de Calgary, la Downtown East Village.

Con su forma de luna creciente, The Bow está diseñado para reducir el consumo energético y fomentar el sentido de comunidad tanto dentro como fuera. Incluso la configuración de sus elevadores Otis®, típicos más bien de un edificio más alto, se diseñó para estimular la interacción entre los inquilinos de The Bow.

La torre da al sur, curvándose hacia el sol para administrar mejor la luz y el calor naturales. El arco resultante aumenta la cantidad de espacio que tiene vista directa de las Montañas Rocosas. En la parte en la que el edificio se curva hacia dentro, la fachada de vidrio está desplazada hacia fuera, creando un atrio tan alto como la torre. Este atrio actúa como regulador climático, que ayuda aislar el edificio.

Los arquitectos estiman que esta característica de su diseño reduce el consumo energético aproximadamente un 30 por ciento. El calor solar acumulado en el atrio se redistribuye, en invierno mediante extracción y en verano mediante intercambio de calor.

Para albergar este sentido de comunidad, los arquitectos planearon tres jardines interiores que sobresalen hacia el atrio en las plantas 24, 42 y 54. Estos jardines hacen las veces de espacios comunes y tienen árboles, asientos y salas de reuniones.

Los jardines también funcionan como un vestíbulo de elevadores. La gente que entra al edificio se sube a un elevador exprés a uno de los jardines, donde cogen otro elevador que la dirija a su planta.

Esta combinación entre estrategias de elevadores y la incorporación de espacios verdes propicia la interacción social en el edificio.